Piura: cuando reforestar se convierte en una tarea indispensable para proteger a una ciudad vulnerable al desborde de su río

By on junio 3, 2019
  • El último diagnóstico sobre la deforestación en Piura data del 2015. En aquel año, las zonas degradadas superaban las 670 mil hectáreas en toda la región.
  • El Serfor en Piura indica que la provincia de Huancabamba es la más deforestada porque las comunidades campesinas talan los árboles para ampliar su frontera agrícola.
  • Como parte de la prevención ante futuros fenómenos El Niño, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios aprobó un proyecto de infraestructura verde y conservación de suelos que se propone como una solución a largo plazo para evitar que grandes avenidas de agua bajen por la ciudad.

Escribe: Rita García Guerrero

Cuando se desbordó el río Piura aquella mañana del 27 de marzo de 2017, la corriente de agua superó los 3 mil 400 metros cúbicos por segundo, el agua de lluvia había descendido desde los cerros del Alto Piura hasta el Bajo Piura inundando urbanizaciones y centros poblados enteros.

Los recuerdos de aquel día ya son conocidos, la inundación de la ciudad, las miles de familias que perdieron sus casas y parcelas de cultivos. La población reclamó a las autoridades ayuda y explicaciones sobre las causas de la inundación y por qué no pudieron evitarla.

Que la expansión urbana estrechó el cauce del río, que faltan represas para almacenar el agua, que la ciudad no tiene defensas ribereñas, dijeron los especialistas para explicar por qué se desbordó el río.

Semanas después se anunció la reconstrucción. La Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) creó la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), institución que ha elaborado un plan de todas las obras a realizar en los sectores salud, educación, transportes y agricultura para las regiones afectadas por el Niño Costero.

El cauce del río Piura quedó estrecho tras años de expansión urbana.

Inundación Nunca Más

Pero en el caso de Piura, un año después del desastre, la sociedad civil se organizó y creó la plataforma Inundación Nunca Más, cuyos especialistas exigieron a las autoridades buscar una solución integral para evitar nuevos desbordes del río.

Fidel Torres Guevara, biólogo del Instituto de Montaña en Piura y vocero del colectivo Inundación Nunca Más, señaló que la prevención ante nuevas inundaciones trasciende a un conjunto de obras de cemento. Y por ello lanzó la propuesta de reforestar la parte alta de la cuenca del río Piura y aseguró que era indispensable preservar los bosques de neblina y páramos de la serranía piurana para evitar que grandes avenidas de agua desciendan por la ciudad.

“La propuesta está diseñada desde hace 12 años, se trata de un control integrado de la cuenca a través de un sistema de protección en las nacientes con reforestación”, explicó el biólogo.

En la misma línea, el ingeniero Ronald Ruiz Chapilliquén, ex gerente de Recursos Naturales del Gobierno Regional Piura, indicó que la cobertura vegetal en las nacientes del río ayudaría a captar el agua de lluvia y evitaría que grandes masas de agua discurran con sedimentos por la parte baja de la ciudad.

“Las medidas que se aplicarían serían la forestación, reforestación, conservación de suelos y construcción de reservorios temporales donde se almacenaría el agua del río cuando aumente su caudal”, detalló el ingeniero.

La solución integral abarca al río Piura desde la parte más alta, desde la provincia de Huancabamba hasta la parte más baja en el distrito de Catacaos, donde miles de familias lo perdieron todo el 27 de marzo del 2017.

La reforestación escrita en un papel

Y como si hubiesen prestado atención a las recomendaciones de los especialistas, en diciembre del 2018, la ARCC anunció la elaboración de un plan integral para el control de inundaciones y movimiento de masas que incluye reforestación, construcción de defensas ribereñas, espigones, diques de contención y reservorios. Dentro de este plan se incluye otro para implementar drenajes pluviales en los distritos de Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre que tendrán la finalidad de evacuar el agua acumulada en las zonas urbanas.

Ambos proyectos ya están a cargo del Consorcio Inundaciones Piura, conformado por empresas españolas que participaron en el manejo de la cuenca hidrográfica española del Ebro, un río siete veces más grande que el de Piura.

El plan de control de inundaciones abarca cuatro componentes: infraestructura verde y conservación de suelos; control de crecidas y protección de cauces; drenaje pluvial en zonas urbanas y el fortalecimiento institucional y desarrollo de capacidades.

El primer componente del plan: la infraestructura verde y conservación de suelos se enfoca en la reforestación y restauración de ecosistemas en la zona alta de la cuenca del río Piura. Si bien la propuesta obedece a la recomendación hecha por los especialistas, existe un problema, no hay un diagnóstico preciso sobre la deforestación acumulada en la zona de interés.

El último análisis de la tasa de deforestación de la región Piura data del periodo 2011-2015. Fue un estudio elaborado por la Gerencia de Recursos Naturales y las últimas imágenes que se obtuvieron del satélite Landsat 7 y 8 indicaron que las zonas degradadas superan las 677 mil 294 hectáreas. Según el análisis, cada año se talan más de 19 mil hectáreas de bosques en la región.

Respecto a las cifras, Manuel Querevalú, actual gerente de Recursos Naturales del Gobierno Regional Piura, admitió que no hay datos actuales sobre la deforestación en la región, sobre todo en la parte alta de la cuenca del río piurano. Explicó que el plan de zonificación ecológica y económica de Piura, un documento base que describe el tipo y uso de los suelos de la región, no ha sido actualizado desde el 2012, de modo que por ahora se desconoce si se está respetando y haciendo buen uso de las tierras y suelos.

“La zonificación ecológica es una de las funciones que tenía la gerencia de recursos naturales, pero actualmente el proyecto lo maneja la gerencia de planeamiento y presupuesto. Nosotros ya nos reunimos con el equipo de la gerencia y le hemos solicitado la actualización de la zonificación”, manifestó Querevalú. 

Sobre la deforestación acumulada durante estos últimos cinco años, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) en Piura maneja otra cifra: 769 mil hectáreas prioritarias para restaurar. Juan Otivo, coordinador regional de dicha entidad, precisó que la provincia de Huancabamba, donde habitan los bosques de neblina y páramos, es la zona que más se desgrada para fines agrícolas.

“Las partes altas son las más degradadas y por lo tanto deben ser prioridad para las tareas de restauración que ha considerado el plan del manejo de la cuenca del río Piura. Son proyectos de infraestructura verde”, puntualizó Juan Otivo.

Los bosques de neblina ubicados a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar tienen una biodiversidad que poco a poco ha sido talada para ampliar la frontera agrícola. Foto: ANDRE BAERTSCHI

Más terreno agrícola, menos árboles

A diferencia del oriente del país, donde se talan árboles a causa de la minería, en el norte se tala para ampliar la frontera agrícola. Las comunidades campesinas, a pesar de tener áreas de conservación privadas (ACP) tumban los árboles para ganar terrenos de cultivos.

Juan Otivo explicó que los terrenos producto de la tala, son fértiles dos o tres años, pero luego el suelo va perdiendo nutrientes y la producción agrícola no rinde. Debido a ello, los agricultores talan nuevamente para conseguir más campo de cultivo.

“Las personas no manejan bien los recursos, talan el bosque de las especies nativas, queman, hacen agricultura. Pero como son partes empinadas, con las lluvias, el suelo de lava y pierde fertilidad, luego de dos o tres años la producción baja y los agricultores deben talar nuevas áreas”, describió el coordinador del Serfor.

Los incendios son otra de las causas de la deforestación. En la sierra de Piura existe la creencia de que se atrae la lluvia con abundante humo, es por ello que los agricultores queman los árboles para esperar precipitaciones en tiempos de sequía. La mayoría de ocasiones, estos incidentes pasan desapercibidos.

Los árboles son talados para la siembra de menestras y otros cultivos.

¿Cómo reforestar?

Debido a que la deforestación la practican los mismos agricultores, Paul Viñas, coordinador de la ONG Naturaleza y Cultura en Piura, propone que para restaurar la cobertura vegetal se debe empezar por conocer a las comunidades campesinas que viven en el Alto Piura, en la provincia de Huancabamba. Saber, qué terrenos ocupan y para qué tipo de cultivos.

“Se pueden precisar las hectáreas de deforestación, pero esas tierras también pertenecen a las comunidades campesinas. Se trata de sincerar las cifras”, consideró Paul Viñas.  

Para el coordinador de Naturaleza y Cultura, los agricultores talan por necesidad, porque sus campos de cultivo son sus medios de subsistencia económica y alimenticia. De este modo, lo que propone el especialista es implementar acuerdos con las comunidades campesinas para que de un lado, el Estado pueda ayudarlos a mejorar sus prácticas agrícolas con la finalidad de que conserven sus tierras fértiles y no se vean obligados a talar; y de otro lado, que sean los mismos agricultores los que puedan reforestar con especies nativas que mantengan fértil los suelos.

“El compromiso debe ser integral y permanente. La gente necesita de su medio de subsistencia, se les pude enseñar a sembrar árboles en medio de su agricultura temporal, de este modo la gente puede cosechar y a la vez van creciendo los árboles”, precisó el especialista.

Desde su experiencia en tareas de reforestación con comunidades campsinas, Abel Calle, director del Fondo del Agua Quiroz-Chira, mencionó que el Estado debe emprender una tarea ardua con dichas comunidades para ganarse su confianza y lograr que la reforestación sea tarea de todos.

“Existen más de 100 comunidades campesinas en Piura y el Estado no trabaja con todas. Es difícil ganarse su confianza para trabajar con ellas. El Estado debe entender que la expansión agrícola y ganadera la hacen por necesidad, porque no tienen alternativas de desarrollo o de financiamiento. Es por eso que se debe invertir directamente en las comunidades campesinas para darles alternativas de desarrollo”, opinó el especialista.

Para la reforestación, Juan Otivo recordó que el Serfor ha establecido lineamientos para dicha tarea, porque no solo se debe sembrar por sembrar, el trabajo es plantar especies nativas que ayuden a restaurar el ecosistema que se ha perdido.

“La reforestación debe hacerse con especies nativas que protejan las cuencas y quebradas, se puede sembrar aliso, quinahuiro, sauco, chilco y chin chin, son especies que se adaptan muy bien a las zonas altas”, señaló Otivo.

Por su parte, el biólogo Fidel Torres precisó que los bosques de neblina y páramos de las partes altas también albergan plantas medicinales y árboles de alto valor como el cedro, lanche, zuro, yuto, matico, musgos y helechos de hasta 15 metros de altura; y flores como la orquídea e incluso la flor de la cantuta. Todas ellas especies endémicas con las que se pude restaurar el ecosistema perdido.

Y en cuanto a la fauna silvestre, el tapir andino y el oso de anteojos son las especies más notables que viven en los bosques y también corren el riesgo de perder su hábitat si la tala continúa. 

Los especialistas coinciden en señalar que la cobertura vegetal en las nacientes de cuenca es indispensable para capturar el agua.

¿Cuánto dinero se necesita para reforestar?

Es importante resaltar que si bien los cuatro componentes de la propuesta integral son conocidos, hasta el momento el proyecto no incluye la participación de entidades como el Serfor, Naturaleza y Cultura o la plataforma Inundación Nunca más. Sus representantes solo conocen la propuesta a través de los medios de prensa, no han sido convocados para alcanzar sus puntos de vista.

Consorcio Inundaciones Piura ha socializado el proyecto solo con la Gerencia de Recursos Naturales del Gobierno Regional Piura. Ha comunicado que el diseño del plan se tardará 16 meses, pero que la reforestación podría empezar en los próximos seis meses.

La empresa ha puntualizado que el componente de la infraestructura verde y conservación de suelos abarca 11 proyectos que suman casi 50 millones de soles y consisten en proteger áreas de conservación regional y privadas, en la recuperación de servicios ecosistémicos y suelos. Son tareas que se harán con forestación y reforestación.

Respecto a las cifras, los especialistas solo esperan que así como son millones los soles que se invierten en la reconstrucción, también sean millones los árboles que crezcan los próximos años.